En la década de los cincuenta la hermana República de Colombia sufrió una grave crisis conflictiva interna, por tal situación una gran cifra de habitantes se esparcieron; muchos de ellos encontraron refugio en Ecuador, algunos eran creyentes de la IGLESIA PENTECOSTAL UNIDA DE COLOMBIA y estos traían en sus corazones la semilla del Evangelio del Nombre de Jesús. Dios permitió la dispersión de los hermanos, con el propósito de que en la República del Ecuador también sea anunciada las buenas nuevas de salvación.
En el año de 1953 surgió esta historia por la llegada de un santo varón proveniente de Cali, y se radicó con su familia en un lugar ubicado cerca de Santo Domingo de los Colorados, era el hermano Crispiniano Arredondo; de profesión artesano que se consagró como el primer mensajero de la verdad de Dios en el Ecuador; en sus horas libres con denuedo predicaba la palabra de Dios, y varias personas creyeron en Jesucristo.
Además, posteriormente en el año de 1957, el hno. Joaquín Jaramillo oriundo de Colombia, pertenecía a la misma hermandad, vivía con su familia en otro sector de Santo Domingo; también él proclamaba la misma doctrina y varias personas aceptaron a Jesucristo. Más adelante estos dos servidores de Dios se encontraron y se unieron en la proclamación del Evangelio y el Nombre Glorioso de nuestro Señor Jesucristo.
Los primeros cultos se realizaron en el año de 1958, aquello se hizo popular y por medio de una carta la noticia fue enviada a Colombia al Misionero Canadiense William Drost, el mismo que viajó a Santo Domingo en compañía del Pastor Noel Ospina y en el río Suma jurisdicción de El Carmen, solemnizó el primer bautismo en agua en el Nombre de Jesús para perdón de los pecados a las hermanas: Lindelia y Ofelia Arredondo.
En el año de 1959 el Misionero William Drost realizó el segundo viaje al Ecuador, bautizó a 30 creyentes en agua en el Nombre de Jesús de entre muchas personas que habían aceptado a Jesucristo.
El Pastor Averner Larsen, Superintendente de la IPUC de aquella época, recibió un informe oficial de lo sucedido en el Ecuador, y transmitió a la congregación y a los directivos la necesidad de enviar un Misionero a dicho país. Esta propuesta fue acogida satisfactoriamente, por lo cual designaron al Pastor Miguel Mariano Peña y su cónyuge Beatriz de Peña para esta gran misión.
En Octubre de 1959, arribó al Ecuador el misionero con su esposa, y se radicaron inicialmente en la ciudad Metropolitana de Quito para administrar la nueva obra que se le encomendó; posteriormente establecieron su residencia en Guayaquil.
Estos mensajeros de Dios trabajaron arduamente con la unción poderosa del Espíritu Santo de Dios y el noble apoyo de la Iglesia y de los Pastores; a pesar que padecieron muchas adversidades, la Iglesia victoriosa, por la fe creció numerosamente en distintas partes del país.
Algunos años después de la culminación de la administración del primer Misionero se presentó la necesidad de un nuevo Misionero, el nombramiento se dio formalmente por los directivos de la IPUC a favor del Pastor Eliseo Duarte, quien cumplió sus funciones Misioneras con mucha visión y amor a las almas durante el período de 1977 – 1981; el trabajo del Ministro fue fructífero en el sentido espiritual, doctrinal y administrativo. Luego, después de haber cumplido exitosamente la labor encomendada retornó gozoso a Colombia. A partir de ese entonces la IGLESIA EVANGÉLICA APOSTÓLICA DEL NOMBRE DE JESÚS en el Ecuador es autónoma.
Lo que hemos recibido de gracia, lo hemos dado de gracia; extendiendo este Santo Mensaje a Perú, Chile, Uruguay, Venezuela, El Salvador, España, Inglaterra, Italia, Suiza, Francia, Costa Rica, Alemania, Brasil, Honduras, Bolivia, Israel, Rumanía, República Dominicana y Estados Unidos.
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